Desde Healty Chindren, una asociación respaldad por la American Academy of Pediatrics, reportan aproximadamente 3 millones de casos de abuso y negligencia infantil que implica casi 5,5 millones de niños anualmente y según la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil, 1 de cada 5 menores de edad será víctima de abuso sexual antes de cumplir los 18. Este último dato debería hacer saltar todas las alarmas y en muchos casos lo hace, pero lo que muchas veces no se cuenta son las consecuencias a corto y a largo plazo que sufren todos esos niños y niñas.
En la noticia “Abuso sexual infantil, el origen de graves trastornos en la edad adulta” del 17 de abril de 2022 publicada por el Mundo Deportivo se habla de las consecuencias que sufren esas víctimas menores de edad. Hacen referencia al Manual de Prevención del Abuso Sexual Infantil, publicado por Save the Children, y exponen las siguientes consecuencias a corto plazo:
-Físicas: pesadillas y problemas de sueño, cambios de hábitos de comida, pérdida de control de esfínteres.
-Conductuales: Consumo de drogas y alcohol, fugas, conductas auto lesivas o suicidas, hiperactividad, bajada del rendimiento académico.
-Emocionales: miedo generalizado, agresividad, culpa y vergüenza, aislamiento, ansiedad, depresión, baja estima, rechazo al propio cuerpo.
-Sexuales: conocimiento sexual precoz e impropio a su edad, masturbación compulsiva, exhibicionismo, problemas de identidad sexual.
-Sociales: déficit en habilidades sociales, retraimiento social, conductas antisociales.
En cuanto a las consecuencias a largo plazo, el abuso sexual tiene graves consecuencias psicopatológicas en la edad adulta ya que estas experiencias pueden perdurar a lo largo del ciclo evolutivo del menor y configurar, en la edad adulta, los llamados efectos a largo plazo del abuso sexual. En el mismo manual publicado por Save the Children se enumeran algunas:
-Físicas: dolores crónicos generales, hipocondría o trastornos psicosomáticos, alteraciones del sueño y pesadillas recurrentes, problemas gastrointestinales o desórdenes alimentarios.
-Conductuales: intentos de suicidio, consumo de drogas y alcohol, baja autoestima, síndrome de estrés postraumático y dificultad para expresar sentimientos.
-Sexuales: fobias y disfunciones sexuales, falta de satisfacción sexual o incapacidad para el orgasmo, mayor probabilidad de ser violadas, mayor probabilidad de entrar en la prostitución y dificultad para establecer relaciones sexuales, autovalorándose como objeto sexual.
-Sociales: problemas de relación interpersonal, aislamiento, dificultades de vinculación afectiva con los hijos y mayor probabilidad de sufrir revictimización, como víctima de violencia por parte de la pareja.